INFO DE LOS PACIENTES No 12

El campo de concentración total

De: Documentación SPK II

Si el sistema de salud cumple lo que promete ya hoy, entonces la sociedad capitalista se habrá transformado en los años venideros en un único presidio (Zuchthaus). Es comprensible por tanto que se pueda prescindir de la pena de muerte, porque quien no quiera vivir en este presidio, se mata. Así se ahorran los costos del verdugo. Se hace pasar por un progreso con mayúsculas de que ya no se necesitan presidios, porque allí se ejecuta de modo humanitario, como dicen, el cumplimiento de la condena. Se están sirviendo con esto de una especie de pseudopsiquiatría, popularmente llamada lavado de cerebro. Dado que la víctima haya interiorizado, gracias a estos métodos, la estructura presidiaria, entonces se puede tranquilamente renunciar a medidas detentivas. Así pues siguen aún las cárceles (Gefaengnis). También éstas pueden desaparecer ya pronto, siempre y cuando haya un sistema de salud de actual cuño. El carácter carcelario de la estancia hospitalaria es ya evidente hoy día con toda claridad. Al menos se hace patente para cada uno el carácter carcelario del hospital en los siguientes ejemplos:

Gritos masivos al paciente junto con diversas amenazas, en caso de su más mínima protesta o la mera manifestación de su descontento; amarrarle violentamente a la cama; engañar al paciente a través de la extracción de órganos intactos al hacerle creer que son defectuosos sólo para mostrarle que se está "haciendo" algo para él, pero en realidad sólo por lucro; internamiento en manicomios contra la voluntad del paciente; castigo de pacientes incómodos (separación de pacientes amigos, prohibición de las visitas, rechazo a responder a sus llamadas con el timbre, etc.); frente unido entre médicos y policía contra conductores que fueron víctimas de accidentes de tráfico, etc.

El papel del sistema de salud como órgano ejecutivo del poder judicial es todavía conocido por la mayoría de la gente de nuestro milenario pasado. Aunque la privación de la libertad, sea que suceda en el hospital o en la prisión, es en efecto lo mismo. Pero no sólo los medios de pena y las formas y las posibilidades disponibles de vejación, maltrato y castigo refinados son diferentes. Sobre todo, es la ideología dominante en el hospital que, bajo el pretexto de caridad y ayuda humanitaria, reduce al paciente a la situación de profunda gratitud y le carga, a ser posible, hasta reventar de sentimientos de culpa, pero sin dejarle la posibilidad de asimilar racionalmente lo que pasa con él, por no hablar de reconocer lo que le falta realmente. En este caso, el prisionero en prisión sabría en ciertas circunstancias mejor a qué atenerse, porque tiene al menos todavía la libertad de sentir ingratitud y protesta, en tanto esta posibilidad no le fuese robada por el así llamado "cumplimiento humanitario de la condena" (pseudopsiquiatría y cuidado de almas de toda índole). Es notorio que sucedió más de una vez que un interno de un manicomio matara a un compañero para entrar en una cárcel o un presidio.

¿Por qué entonces todavía prisiones? Absolutamente superfluo. Los hospitales lo hacen mucho mejor. En lugar de encerrar al "criminal" en la cárcel, se le ingresa en un hospital o en un manicomio con la etiqueta diagnóstica de "desorden metabólico enzimático" (así llamado defecto o deficiencia enzimáticos, desorden enzimático causado cromosómica o genéticamente, etc. "Afinidad endógena al delito, cleptomanía idiopática, impulsividad congénita al asesinato, adicción hereditaria a la agresión, disposición a la perversión", etc.). Así una privación de la libertad se le es impuesta sin necesidad de pronunciar una sentencia, por ende ahorrando costos y sin mayores ceremonias, y la duración de la pena puede ser determinada según arbitrio.

Con ello se consigue también el perfecto encubrimiento de las causas verdaderas de los "crímenes". Porque al prisionero del hospital no se le ocurre la idea de señalar a la sociedad como única autora y causa de lo que a él se le imputa como "crimen", mientras que el prisionero de una cárcel se inclina más a ello. Piense en los diversos levantamientos de prisioneros en la historia, recientemente en Estados Unidos.

Pero no se preocupe, ni un solo policía o jurista quedará desempleado por ser así. Por el contrario, la adaptación del papel de la cárcel por parte del aparato de salud requiere un significativo abultamiento de este último que va más allá de la actual capacidad de la policía y la justicia.

Así se hace comprensible también la estabilización del sistema respectivamente la prevención de crisis de este desarrollo.

A. Económicamente:

    1. Creación de un enorme amortiguador económico en forma de un poder adquisitivo que no se compensa con el aumento correspondiente de la oferta de mercancías, de modo que a través de la venta de estas mercancías adicionales se podría absorber ese poder adquisitivo. Es decir, en este aparato sanitario, cada vez más abultado, está disponible un ejército de consumidores solventes que absorben y consumen la oferta de mercancías de la industria y posibilitan de este modo la producción de todavía más trastos inútiles.

    2. Expansión masiva de la industria farmacéutica (medicamentos, productos dietéticos, instrumental médico, etc.).

    3. Incremento de las contribuciones y cargas sociales, es decir, la carga de los impuestos destinados al sistema de salud se carga sobre todos y la ganancia va a los bolsillos de los jefes de la industria.

B. Ideológicamente:

Por la reforma posterior del sistema de salud que es necesaria a tal fin, el paciente cae en una todavía más profunda gratitud y un más profundo sentimiento de culpabilidad. El lado progresivo, es decir, el momento revolucionario de su contradicción, llevada al extremo en su enfermedad, es encubierto de este modo más que nunca.

Informaciones acerca de la dialéctica de enfermedad y capital se pueden sacar de nuestros anteriores infos. Pensándolo bien, las villas y los palacios de los capitalistas fueron construidos a partir de cálculos vesiculares y renales y concreciones en la próstata de los explotados, y por ende es comprensible la vitalidad de esta dialéctica.

Por eso enfocamos la lucha contra el capitalismo en el sistema de salud, porque, como se ha dicho ya antes, la contradicción entre trabajo asalariado y capital vive en el capitalismo tardío su apogeo en la enfermedad. Quien no ve eso y no actúa en consecuencia, intencionalmente contribuye al desarrollo previamente descrito y se vuelve cómplice de crímenes en masa contra los seres humanos.

El estudiantado y la cúpula de la universidad están en la disyuntiva de contribuir a la mutilación y deformación definitiva de las masas o de colaborar con nosotros en contra de ese desarrollo.

05.11.1970

COLECTIVO SOCIALISTA DE PACIENTES
en la Universidad de Heidelberg

Traducción:
PF/SPK EMF Colombia, PF/SPK EMF Espa

 

Frente de Pacientes / Colectivo Socialista de Pacientes, PF/SPK(H), 14.07.2014