INFO DE LOS PACIENTES No 2

La medicina como regulador del desgaste y profilaxis de crisis

De: SPK Documentación Parte I

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La función de la medicina como estabilizador del sistema en el capitalismo tardío consiste en reparar a los enfermos para el proceso laboral para que puedan volver a producir plusvalía. Para el trabajador esto equivale a una destrucción frenada y dosificada. Las crisis del sistema capitalista, que se manifiestan en la sobreproducción, antes se manejaban con la destrucción radical de mercancías y fuerzas de trabajo. Con la disponibilidad de una gestión más eficaz de las crisis, el sistema de aniquilación total puede pasar de la destrucción total al desgaste dosificado; el desgaste de los bienes y las mercancías se lleva a efecto mediante el consumismo, el desgaste de las fuerzas de trabajo mediante su destrucción paulatina = enfermedad. Puesto que en el capitalismo, la mercancía fuerza de trabajo está sujeta a las mismas leyes que todas las demás mercancías. ... La medicina desempeña el papel central de regulador del desgaste. Cada acto médico es, así pues, tan sólo una medida preventiva en beneficio de una economía capitalista a prueba de crisis. Además, al garantizar el desgaste permanente, la medicina establece la justificación y legitimación que se arroga el Estado para la medida coercitiva de cobrar y recaudar regularmente contribuciones a la seguridad social. Es casi superfluo mencionar que las sumas de las cargas sociales, que son de hecho mucho más altas que las inversiones y gastos estatales en el sector de asuntos sociales, y que proceden del salario retenido del trabajador, sólo están al servicio de las ganancias y por lo tanto de la conservación y el perfeccionamiento del sistema capitalista, o en otras palabras, al servicio del mantenimiento de la explotación de las masas. ...

Si uno entiende esto, entonces ha de darse cuenta de que a diario uno es su propio asesino, es decir, que uno mismo se destruye cada día a través de su trabajo. Aparte de la posibilidad revolucionaria y partiendo sólo de las condiciones existentes, entonces el suicidio sería la reacción más consecuente a estas condiciones.

De lo dicho hasta ahora resulta lo siguiente para nosotros: ya no son sólo las condiciones en el lugar de trabajo, sino que justamente es la enfermedad necesariamente producida allí, el punto de partida de la revolución. La alienación en el trabajo y en las relaciones entre los seres humanos en el capitalismo tardío mientras tanto está tan avanzada que ya parece como algo natural y por supuesto. Uno no pertenece a sí mismo, uno ya no es uno mismo. Uno viene al mundo ya expropiado de sus necesidades primarias y sus posibilidades de desarrollo, uno incluso -antes de nacer- ya está vendido.

Todas las autoridades públicas e instituciones están involucradas encarnizadamente en este proceso para asegurar que se perpetúen estas condiciones. La mujer y el hombre no son concebidos por la madre, sino por la maquinaria de la salud, o sea la maquinaria de enfermedad. Al principio todavía están adaptados, pero en algún momento la enfermedad se manifiesta. Y eso molesta. Esto crea descontento. Y como es sabido, el descontento es el foco más efectivo de la revolución. Desde la perspectiva de los enfermos, por lo tanto, puede haber sólo una única lucha adecuada, es decir, radicalmente dirigida contra las causas de su enfermedad, es decir, la abolición de la patógena sociedad patriarcal basada en la propiedad privada. ... ¿De qué métodos se sirve esta medicina para eliminar, en beneficio de los dominantes, este foco de descontento presente en la enfermedad y tan peligroso para el orden social existente, es decir, de tal manera que los pacientes de ningún modo tomen la iniciativa? Esto empieza ya con el uso tan sacralizado del secreto profesional médico. Es bien sabido que en esta sociedad se silencia y se oculta todo lo que implica vergüenza, culpa y debilidad. Por tanto, el secreto profesional médico no implica otra cosa que el hecho de que la enfermedad es algo por lo que uno debe avergonzarse y sentirse culpable. Ya tan solo este misterio del secreto profesional médico que constituye un pilar cardinal de la medicina, contribuye muchísimo a la ocultación de las verdaderas causas sociales patógenas, haciendo que el paciente vea la culpa de su enfermedad en sí mismo. Además, contribuye al aislamiento de los enfermos, los unos de los otros, impidiendo así su solidaridad y organización. ...

Al enfermo, al que en el proceso de producción le es quitado todo lo que produce, le es robado por la medicina dominante también su enfermedad y con ella la posibilidad de conocer su propia impotencia, es decir, el contexto social general. Esto va tan lejos que al final ya ni siquiera puede disponer de su propio cuerpo. Los ya harto conocidos experimentos en seres humanos lo demuestran. El enfermo se convierte literalmente en un siervo. Ingresa en la clínica ya como destruido y se remata allí su mutilación. Primero se le manosea un poco su cuerpo y se intercambian con él algunas frases estereotipadas, con lo cual ya se inicia su desmenuzamiento (anamnesis, peso, apetito, sueño, evacuación, etc.). Luego continúa la desintegración en el laboratorio de orina, el laboratorio de sangre, radiografías, electrocardiograma, etc. No obstante, este desmenuzamiento es imprescindible para la división del trabajo en el proceso de explotación y valorización capitalista. Porque el contexto social general no debe ser comprendido. Él que debería convertirse en un ser humano, se convierte así en un campo de ruinas. En lenguaje técnico se llama esto: curación. Ya que todo esto se hace para curar y salvar al capitalismo. El hecho de que la atención sanitaria se ha convertido en un pilar central del sistema y que la auto-organización de los enfermos es extremadamente peligrosa para este sistema, demuestra el pánico, por el que la dirección del hospital, la administración y el Ministerio del Interior fueron llevados, cuando los pacientes, conscientes de estos contextos, se han vuelto políticamente activos. La expulsión de los pacientes de la policlínica psiquiátrica, el despido sin previo aviso y la prohibición para el médico de entrar en la clínica fueron las consecuencias. Sólo la organización de los enfermos y su lucha colectiva permanente contra la sociedad que causa enfermedad, pueden hacer frente de un modo causal a lo que subjetivamente aparece como inquietante y molesto en los síntomas de la enfermedad. Sólo a través de esta práctica el enfermo se opone efectivamente contra el proceso de desmenuzamiento forzoso.

6 de Julio de 1970

Colectivo Socialista de Pacientes

Traducción:
PF/SPK EMF Colombia, PF/SPK EMF Espa

 

Frente de Pacientes / Colectivo Socialista de Pacientes, PF/SPK(H), 23.06.2014