La paz de los millones

Durante la manifestación en Londres del 15.2.2003 repartieron 10 alumnas de Austria, España e Inglaterra de una manera totalmente espontánea 15.000 octavillas sobre el SPK (Colectivo Socialista de Pacientes) en Australia.

¡No dejáos robar vuestra protesta! Seguid en dirección del ataque contra las raíces del todo: la clase médica en la guerra iatrobióntica. No hay paz, con y sin la guerra contra Irak. La guerra iatrobióntica de los médicos continúa, la guerra de los médicos contra los pacientes, y pacientes son todos, en todo el mundo. Hay guerra en la paz y hay paz en la guerra. Fijáos: En los últimos 60 años ha habido solamente tres semanas de "paz", y la economía de mercado ha matado a más gente que las dos guerras mundiales juntas.

¿Qué quieren los millones de la paz? Paz. ¿Están manifestándose a favor del cambio revolucionario a fondo, un cambio absolutamente necesario? No. ¿Qué eligen? Eligen su miedo, su angustia, y la conservación de lo existente. ¿Qué resulta de esto? El perfeccionamiento del genocidio; porque todos los partidos políticos tienen la salud en su programa con la justificación: "La gente debe sentir que la política tiene algo que ver con su vida" (desde Attac hasta la derecha y los Verdes). ¡Fraude electoral! Por consiguiente: No dejáos robar vuestra protesta. Ésta es la enfermedad que quiere su cumplimiento revolucionario como especie humana. La guerra contra los médicos es el punto principal estratégico.

Mesa de agitación e información del Frente de Pacientes en un mercadillo en Alemania

Mujer persa (iraní) (sobre los 35):

Primero ella pasa por atrás de la mesa de libros. Después de darle los Pacientes de Frente (PFs) una octavilla contra la guerra iatrobióntica, ella pregunta amablemente de qué se trata.

PFs: Se trata de la guerra que los médicos están llevando a cabo contra los pacientes usando neurotoxinas, en los hospitales, usando antibióticos contra la vida, bombas con revestimiento de uranio en Yugoslavia y Afganistán.

A pesar de estas cortas frases parece haber entendido. Su lenguaje político estaba (al parecer) en contradicción con su apariencia "rica", "burguesa".

Ella: Yo sobreviví un ataque con gas venenoso, vengo de una ciudad en la zona fronteriza entre Irán e Irak, yo soy persa (iraní). Allí viven muchos Kurdos, desde hace miles de años estos han estado viajando allí de un lugar a otro. Todos somos seres humanos. De repente los cerdos imperialistas llegaron y nos bombardearon con gas venenoso. De los 30.000 habitantes de la ciudad apenas ni uno ha sobrevivido. Es como ustedes dicen: sin médicos, una matanza así sería imposible. Era un veneno con el que ellos estaban experimentando en sus laboratorios químicos imperialistas. La gente quedó allí tumbada en el suelo como si estuviera durmiendo.

PFs: Probablemente la gente allí no había visto a ningún médico durante años, porque los médicos son siempre los primeros en huir cuando el problema está a la vista y se oye el primer estruendo de las bombas. Después reaparecen para hacer sus informes sobre los experimentos que están llevando a cabo. Ella: Usted tiene razón, siempre hemos sido nosotros mismos los que tuvimos que ayudarnos unos a los otros.

PFs: ¿Cómo se llama la ciudad?

Ella no quiso decirnos el nombre: "Ya no existe". La mujer no entendía exactamente qué podrían hacer los pacientes en contra de todo ello.

PFs: Pacientes somos todos. También aquí está teniendo lugar una guerra, una guerra contra los pacientes. ¡Hacer de la enfermedad un arma!, colectivamente. ¡Ataque contra los médicos que mantienen en funcionamiento a este sistema iatro-imperialista! ¡Boicotearlos, sabotearlos! Los médicos son el punto clave. En el momento y lugar donde se les hace desaparecer, los capitalistas, las fabricas de ganancias, pronto llegan a su final. Las fuerzas productivas de la enfermedad, la solidaridad de los sin valor, pueden cambiar el mundo ya hoy mismo, en cualquier parte donde uno se encuentre.

Ella: Tengo que leer esto cuidadosamente. Les deseo mucha fuerza para su lucha. La lucha que yo estoy peleando es la misma, en otro lugar.

Un estudiante de informática de la economía, de Senegal.
Una agitación muy larga, 45 minutos, todos los Pacientes de Frente (PFs) se involucran alternadamente.

Él está de acuerdo con nosotros en muchos puntos, está sorprendido y contento de poder hablar con gente que, en lugar de apegarse a singularidades, hace un enfoque y un acercamiento generales a las condiciones y se enfoca en la necesidad del ataque, una cuestión para la que él siempre encuentra rechazo en su círculo de conocidos donde se siente a menudo como un tonto.

Él:
Según entiende, lo nuestro sería una filosofía europea-occidental que no tomaría en consideración las relaciones y condiciones existentes allí (en Senegal) y las enfermedades que resultan de aquellas relaciones y condiciones. Ellos, en cambio, tienen un enfoque holístico hacia la enfermedad, incluyendo a los antepasados y a los espíritus. Aquello del metal de cobre (véase nuestra octavilla sobre
antibióticos), él ya lo conoce, ellos usan a menudo pulseras de cobre contra dolores articulatorios o reumatismo respectivamente.
Los médicos están probando en nosotros antibióticos, medicamentos que todavía están lejos de entrar en circulación aquí en Europa.
Recientemente, la Ministra de Salud senegalesa fue forzada a dimitir. En un discurso dado en París ante un público internacional, ella declaró que las epidemias y otras enfermedades habían sido y todavía estaban siendo importadas desde los países ricos hacia África, y que ya era hora de que eso debiera detenerse.

PFs: Primero, los médicos, la OMS han vacunado a toda África contra la viruela. Y aunque parezca extraño, precisamente en los mismos lugares donde se había vacunado a la gente, y no en los lugares aledaños, es donde la gente ahora tiene SIDA (véase el London Times, del 11.5.1987).

Él: Lo que para ustedes aquí es el cáncer, para nosotros allí es la malaria.
La gente de Senegal primero está utilizando sus propios medios (antepasados, espíritus, hierbas, cultos). Si eso no funciona, entonces acude a los médicos occidentales.
Nosotros estamos defendiéndonos también. Tenemos que hacerlo, está claro, porque de lo contrario moriríamos en el acto. Nosotros somos un país así llamado en vías de desarrollo, un país del Tercer Mundo, es como piedras contra misiles.
Recientemente él tuvo una amigdalitis, le dieron antibióticos; como resultado adquirió una lesión muy grave en el estómago, perdió aproximadamente 10 kg durante una semana, las cosas parecían muy graves. El fin de semana, acompañado por su novia, fue al hospital, los médicos quisieron enviarle a casa debido a la escasez de camas, pero él se negó, y al final le pusieron una cama en el pasillo.
Contestando a las preguntas de los Pacientes de Frente, nos contó que para conseguir su visado de entrada, tuvo que someterse a exámenes médicos forzosos, a las inquisiciones discriminatorias por parte de los médicos, basada en insinuaciones tales como: ¿Ha contraído usted SIDA? ¿Es polígamo?, etc..
Entremedio dice una y otra vez que los Pacientes de Frente están haciendo un trabajo muy importante, y que lo están haciendo bien.
Él nos pregunta si nosotros somos estudiantes (los PFs respondemos que no) y dónde vivimos

Pacientes de Frente:
En todas partes la enfermedad es lo que todos tienen en común, es lo general, lo universal. Para comprender la enfermedad, para que usted pueda atacar, usted necesita un concepto, un concepto de la enfermedad que no tiene nada que ver con el punto de vista médico sobre la enfermedad ni nada que ver con la explotación y valorización de la enfermedad. La comprensión de la enfermedad con el concepto de la enfermedad es muy real, muy práctica. Nosotros nos acercamos al síntoma haciendo preguntas tales como: ¿Dónde tenemos que atacar? ¿De dónde proviene? ¿De qué tipo de trabajo asalariado, o trabajo agrícola, de qué relaciones y condiciones particulares proviene? Nuestra "terapia"–si usted prefiere ese término–consiste en atacar, revolucionar esas relaciones y condiciones. Atacar inmediatamente junto con otros la opresión y el dominio y oponer algo a ellos sublevándose en contra. En todas partes del mundo, los síntomas no son nada más que manifestaciones de la relación de la persona singular con los daños externos. Es contra este mundo, que él mismo es un producto, contra el que la enfermedad está protestando y así anhelando un mundo diferente. El mundo capitalista actual que nos rodea, no se corresponde con las necesidades de la especie humana, una especie que todavía no existe. Según su concepto, la enfermedad singular tiende, por disposición, a que se la convierta en especie humana. Pero los médicos transforman la enfermedad singular en dinero, el sustituto de la especie humana. No obstante la enfermedad es revolución. Para llegar a saber lo que hay que hacer –cómo crear la especie humana que todavía no existe– para llegar a saber qué está estabilizando las relaciones y condiciones existentes y qué está derribándolas, para eso se necesita una teoría, una generalización que nos muestre el camino para crear la especie humana todavía pendiente de ser creada. Una vez más: Lo general, lo universal, lo que todos tienen en común, lo que nos unifica a todos, esto es la enfermedad. Si usted habla de nuestra "filosofía", por lo menos usted debería decir: "filosofía de la enfermedad que se origina en la confrontación práctica", así como está ocurriendo aquí y ahora. Cómo defenderse a sí mismo armado con la fuerza de la enfermedad contra cualquier tipo de opresión, contra la opresión de la enfermedad y de su fuerza, en cualquier lugar, donde uno se encuentre, esa es la cuestión.
También en Senegal las relaciones y condiciones iatrocapitalistas son un hecho:
iatro-imperialismo. La gente cree en los nuevos y viejos fetiches. Primero es producida una carencia, luego los médicos se presentan a sí mismos como capaces de administrar y manejar esa carencia. Ellos, los médicos y los suyos, por supuesto se han vacunado y así propagan y trasmiten las secuelas nocivas de la vacunación, una de sus armas de destrucción masiva entre muchas otras, contra la gente. Senegal tiene, por ejemplo, muchas plantaciones de maní, monocultivos que fueron hechos crecer mediante el uso de pesticidas. La gente fue expulsada del campo y de su tierra, y ahora ya no es capaz de alimentarse a sí misma; la gente ahora está dependiente de la ayuda alimentaria mediante el suministro de cereales de los consorcios de alimentos, de las semillas transgénicas (tratadas genéticamente) de los laboratorios. Aún más, los pesticidas están envenenando a la gente: la guerra iatrobióntica. La gente ha contraído y desarrollado los síntomas correspondientes, van ahora a los médicos, los mismos médicos que han generado estas condiciones. Pero el médico no les dice nada sobre estos hechos materiales, la causa de su sufrimiento; en lugar de eso ahora también el cuerpo del enfermo es colonizado médicamente. Sin los médicos esta economía y este tipo de negocios serían imposibles. Las clínicas y los medicamentos son importados; un inmenso negocio que seguramente está eclipsando a todos los esfuerzos de exportación de Senegal. En todos los tiempos la colonización siempre comienza con los médicos que preparan el terreno. El médico es el líder real y el gobernador real del Capital.

El estudiante senegalés estuvo de acuerdo con nosotros y estaba sorprendido de que supiéramos de las plantaciones de maní, de las condiciones predominantes en Senegal. Nosotros le remitimos al libro SPK–Hacer de la Enfermedad un Arma, página 151: Movimiento de liberación de Senegal (1983): "El SPK es el fundamento imprescindible para cada revolución lograda o para cada revolución en el Tercer Mundo que todavía queda por hacer". Él se puso contento al oír eso.

PFs: Usted se refiere a los antepasados y a los espíritus. Los antepasados son un colectivo en el tiempo, y nosotros nos referimos a un colectivo en el espacio. Con nosotros, el colectivo, cuya determinación es tener como objetivo la creación y la generación de la especie humana, es más fuerte que el médico y lo médico. Para ustedes, el médico es más fuerte que los antepasados y los espíritus. Porque en caso de que no funcionen los antepasados ni los espíritus, entonces ustedes van al médico. Para ustedes, en Senegal, es por consiguiente la misma cosa que aquí en los países occidentales: el médico es el poder supremo. Entre nosotros, el Frente de Pacientes, las cosas son diferentes: la enfermedad que todos, toda la gente, tenemos en común y cuya determinación es tener como su objetivo la creación y la generación de la especie humana, es más fuerte que todos los médicos.
El sistema sanitario (o, si usted prefiere, el espíritu sanitario) es una cosa muy material, es un hecho material, y como tal es tangible y palpable en la explotación de la gente. Siguiendo su razonamiento (espíritus buenos–espíritus malos), el sistema sanitario es entonces un espíritu malo que tiene que ser expulsado de la Tierra, que tenemos que expulsar para poder crear la especie humana. Pero para expulsarlo un crucifijo no ayuda, lo único que ayuda aquí es fortalecer la enfermedad, su realización, en colectivos, en realidad, una realidad que tiene que ser de entrada prohibida para los médicos. El sistema sanitario, el sistema de salud nos necesita, pero nosotros no necesitamos ningún sistema sanitario. Recientemente un paciente ha sido sacado de un accidente en la carretera y ha sido transportado a una clínica, y cuando recuperó la conciencia se puso rabioso. Tenía consigo un PATIENTENSTIMME (VOZ DE LOS PACIENTES), la revista del Frente de Pacientes. Cuando lo notaron allí en la clínica, los médicos se libraron de él voluntaria y rápidamente. Lo que ya ha sido logrado por nosotros puede ser usado por toda la gente, no necesita empezar de cero.
La malaria es parte del iatro-imperialismo. La malaria iatrocapitalista, así como los demás síntomas, es producida por los médicos: producida en los laboratorios, intoxicaciones por pesticidas y medicamentos, el interés de ganancia que determina las intervenciones y las intromisiones en los paisajes, etc. La gente en los países afectados es a menudo afligida por la anemia falciforme. Los médicos mismos se han percatado de que esta gente no estaba afectada por la malaria, sino que estaba protegida por la enfermedad contra la fiebre que, si no, la consumiría y debilitaría. A propósito, no a todos les da fiebre. Sí, la fiebre es la revolución de las condiciones existentes, a nuestro favor la enfermedad está volviendo los venenos médicos en contra de estos mismos. Use la fiebre de antemano como una fuerza para volar las condiciones opresoras.

Con respecto a las piedras en contra de los misiles, nosotros citamos nuestro lema de las piedras en el riñón (le mostramos la cubierta de nuestro libro SPK–Hacer de la Enfermedad un Arma): Lanzar una piedra contra una central de mando del capitalismo es una cosa. Pero transformar en actividad una piedra en el riñón es lo mismo. ¡Debemos protegernos contra piedras en el riñón! La enfermedad como un arma revolucionaria. La acción debe desarrollarse a partir del sufrimiento. Atacar al médico, él es más palpable y más tangible que un misil. La enfermedad, no obstante, también puede disolver la piedra, puede corroerla. El calor colectivo y la fiebre se imponen contra la fuerza de la naturaleza elevada a una potencia, sea cual sea la forma que pueda adoptar. Objetivo de ataque: el médico, él es el centro de mando. La guerra contra los médicos es el punto estratégico principal, sin esta guerra contra los médicos nunca puede haber un final de la opresión ni un comienzo de la liberación en ningún movimiento de liberación, ¡en ninguno!, sin esta guerra contra los médicos nunca puede haber utopatía, es decir: una especie humana.

Otro transeúnte, un alemán, de aproximadamente 50 años.
"Yo no querría organizar puestos de libros hasta el final de mi vida, por eso decidí hacerme Ministro de Asuntos Exteriores."

Nosotros: Nosotros nunca hemos necesitado bombas y bombardeos. La enfermedad no puede ser combatida con bombas. El SPK lo ha demostrado. Lo que nosotros necesitamos es crear la especie humana a partir de la enfermedad singular.

Respuesta: Huye poniendo pies en polvorosa.

Alguna gente ha vuelto. Unos incluso han vuelto varias veces. No obstante ninguno de ellos decidió hacerse político o banquero, sino que decidieron más bien volverse pacientes y ’ofensores’ [Kraenker] gracias a la patopráctica del SPK.

FRENTE DE PACIENTES / COLECTIVO SOCIALISTA DE PACIENTES, PF/SPK(H), 16.02.2003